[...] nos encaramos con la existencia, en las primitivas lenguas indoeuropeas, de un nominativo con '-s', limitado a la designación de los seres u objetos concebidos como animados. Tal limitación sugiere que en proto-indoeuropeo esta '-s' indicaba una función que se sentía como característica de las criaturas animadas, a saber la de actuar, como opuestas a la pasividad de las cosas. Formas con esta '-s' difíciImente podrían ser concebidas coma sujetos, i. e. formas usadas con la función de actualizadores forzosos del predicado, puesto que la información nula de un sujeto, como tal, sería dificilmente compatible con un indicador que existe formalmente. Todo esto apunta a una '-s' como signo de un caso ergativo, caso del agente, que ha debido de coexistir con el verdadero nominativo, forma del nombre usada para presentar o «nombrar» a una persona o señalar un animaI u objeto. (pp. 196-197)
- Martinet (1976), Pag.