Más lejos aún llega la psicología ‘behavorista’, que, partiendo en su estudio de la conducta de ciertos animales superiores y de ciertos hechos de expresión que entre éstos se registran, llega a querer interpretar también la actividad simbólica del hombre en un marco casualista y de “contextos” de hechos puramente psico-fìsicos. - Coseriu (1986), a pag.53